Resumen: Noor ha entrado en competencia con el gato que tenemos en casa. Exige que le eche cuando le estoy acariciando. Es competencia por el afecto. Es la necesidad de asegurar el vínculo.

Noor ha entrado desde hace ya un tiempo en competencia con el gato que tenemos en casa.DSC_0295

Tenemos un gato que tiene la costumbre, cuando le dejo, de subirse a mi regazo cuando estoy sentado en el salón, y mientras está ahí yo le acaricio. Desde hace un tiempo Noor le vigila en esta operación y viene corriendo a hacer lo mismo, que yo la coja en brazos. Cuando llega a la vez que el gato, me dice que ella está allí, que eche al gato y otras, cuando llega y el gato está ya instalado, me pide que lo eche y que la coja a ella. A veces corre todo el salón cuando le ve acercarse y le señala para que yo no le deje acercarse.

Bueno pues no acaba ahí, de vez en cuando hay pequeños arañazos del gato al que va a molestar cuando, por ejemplo, el gato esta echado delante del radiador. Esto ha sido muchas veces solo toques, otras pequeños, muy pequeños arañazos. Noor llora fuerte y señala al gato y pide castigo para él, hay que pegar al gato porque el gato le ha pegado a ella y eso no está bien. Vamos que Noor y gato han entrado en malas relaciones. Aunque también tengo que decir que Noor se echó a llorar una vez que el gato se escapó por la escalera.

2012-11-27 13.42.04Evidentemente es competencia por la atención, por los gestos de cariño. Es atención ligada al afecto. Es la necesidad de asegurar de un modo cuanto más exclusivo mejor, su vínculo conmigo. Con ella estoy comprendiendo que la necesidad de vínculos para los niños es la necesidad más prioritaria y por tanto su defensa de cualquier injerencia se convierte en algo importante. Esta necesidad se detecta de un modo inconsciente y muy rápido. Digo inconsciente porque Noor no me dice que directamente quiero el vínculo, pero si que enseguida se interesa por las posiciones que dan la primacía al respecto. Alguna vez hemos hecho la prueba con su madre de hacer un gesto de cariño en su presencia y también rápidamente se sitúa en una posición entre los dos, si precisamente entre los dos. Lo mismo que hace con el gato, aunque en este caso obliga a la expulsión.