Resumen: se solicita y acepta la voluntad del alumno en la decisión. La actitud que genera en el alumno es de implicación y responsabilidad. Precisa  de un acercamiento al mundo del alumno, a través de un desarrollo de la empatía del profesor. La formación de la decisión es más lenta y complicada y necesita un diálogo real y una escucha. Una vez instaurado el estilo su eficacia es grande. Las emociones presentes se refieren todas al ámbito de la alegría, entusiasmo, ilusión, motivación.

Primero una referencia a la entrada sobre los estilos de relación: http://wp.me/p2KddV-2A e indicar leer también los 4 estilos.

El estilo democrático se basa en que se solicita y acepta la voluntad del alumno en la decisión de lo que se quiere hacer con el objeto o tarea. Ya no es: «¡Trae la silla!», sino «¿Traemos la silla?». La decisión de hacer algo se conforma con la participación de todos los que intervienen, profesor incluido.

La actitud que genera en el alumno es de implicación y responsabilidad en la tarea que se decide, ¡ojo!, siempre que se haya escuchado realmente la voluntad del alumno. La motivación es la de logro o ejercicio de la propia libertad y la satisfacción por la tarea conseguida es grande y genera nueva motivación a realizar más tareas, que son consideradas como propias. Se genera compromiso.

Para el profesor que realmente escucha a sus alumnos, significa un conocimiento real de los intereses de sus alumnos y precisa de un acercamiento a su mundo, a través de un desarrollo de la empatía. También debe aprender a exponer lo que quiere y a poner sus límites, pero no porque son límites, sino porque son suyos (del profesor), es decir indican que el profesor es una persona real que interviene en el diálogo con los alumnos.

La formación de la decisión es más lenta y complicada y necesita un diálogo real y una escucha de las diversas posiciones. Se necesita también un aprendizaje al diálogo y a la escucha, de tal modo que un grupo en el que se ha utilizado habitualmente el estilo autoritario en la toma de decisiones no pasa sin más al democrático, porque hay que vencer desconfianzas, es decir crear un clima de seguridad que permita la expresión real de la propia opinión. Esta es la principal función del profesor en este tipo de estilo.

Sin embargo, una vez instaurado el estilo su eficacia es grande porque todos los implicados participan en la tarea y la asumen como propia.

Las emociones presentes se refieren todas al ámbito de la alegría, entusiasmo, ilusión, motivación. El enemigo al acecho es la desconfianza que genera inseguridad, emociones que se mueven en el ámbito del miedo. La comprobación de que la escucha no fuese real, de que al final las decisiones se toman realmente fuera del grupo o no por la persona implicada, genera una pérdida de confianza difícil de subsanar. También enfado, al ver que el propio terreno, ya conseguido, no es respetado.