Resumen: El gobierno central en España ha sacado adelante una iniciativa no de ley para convertir a los docentes en figuras de autoridad. Se trata de una fuerte incidencia en la relación profesor alumno, hecha fuera de la ley de reforma y provocada por problemas que no implican a todos los alumnos. La relación profesor-alumno debe plantearse desde un prisma educativo y pertenecer a la autonomía de los centros. Las medidas de disciplina extraordinarias deben seguir siendo extraordinarias. Sería necesario reforzar la formación de los docentes en las habilidades de relación.
Ahora es el Gobierno central de España, a través de una iniciativa parlamentaria del PP, el que interviene en el tema de la autoridad del docente, en una proposición no de ley que afirme que el profesor «no es uno más en la clase, es la autoridad», y por ello es necesario que el estatuto docente contemple su figura como autoridad pública. Todos los grupos parlamentarios aparte del PP han votado en contra, excepto UPyD que se ha abstenido por considerar que este tema debería figurar en la LOMCE.
Querría resumir mi opinión en muy pocas líneas de un tema que me parece importante:
- Se trata de una línea colateral, fuera de la LOMCE y por tanto fuera de la línea central de la reforma educativa, que sin embargo en nuestra opinión tiene una incidencia central en el concepto de educación ya que afecta precisamente a la relación profesor-alumno. No parece que a base de parches se soluciones la educación en España.
- Modifica lo que a nuestro entender es el centro de la educación, la relación docente-alumno (grupo de alumnos), que es además a donde se dirige la educación que innova, de un profesor que posee el conocimiento a un profesor que es guía, que es un coach de sus alumnos. Esto sería el centro del razonamiento: no se aprende por imposición, se aprende por una relación bien establecida.
- Convierte un problema, que por muy extendido que esté no implica a todos los alumnos ni todas las aulas, en algo que afecta a todos. Pagan justos por pecadores. Tiene además la dificultad de centrarse en problemas no en objetivos.
- No afronta el centro del problema: la carencia de habilidades relacionales del profesorado. Más bien no cambia la situación actual yendo a las raíces del problema, sino más bien la bloquea, al asimilar al docente al policía.
- Es una injerencia muy fuerte en la autonomía de los centros educativos, que ya no pueden plantear la relación docente-alumno del modo que consideren más conveniente. El estilo de las relaciones es parte del carácter de cada centro.
En la línea de las soluciones, dos:
- Incrementar la formación del profesorado en las habilidades de comunicación y relación.
- Establecer herramientas que puedan reforzar, para los casos más extremos que parecen provocar esta alarma, el Plan de Convivencia, que la mayor parte de centros ya tiene. Para ello escuchar a los centros y no hacer de nuevo reformas impuestas sin escuchar a la comunidad educativa.
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