En la serie The Crown de la cadena Netflix hay un episodio donde la futura reina Isabel aprende la Constitución inglesa. Como es sabido no existe una constitución inglesa formal, sino que está formada por el entramado legislativo e institucional que regula el Reino Unido. En el episodio la futura reina aprende que la constitución tiene 2 elementos: el primero es decisión, que está formado por gobierno, parlamento y sistema judicial. El segundo elemento, no menos importante, es solemnidad, que es la función que corresponde a la corona, su propia función como futura reina. Desde luego resulta claro que la corona inglesa cumple esa función de solemnidad a la perfección y que se trata de una función formal: algo así como vestir la autoridad con sus signos para que sea reconocida como tal y por tanto acatada por los ciudadanos. Quiero señalar que ha sido precisamente en Inglaterra, o mejor en el Reino Unido donde ha nacido la democracia moderna. El sistema democrático se ha forjado en primer lugar en el sistema de la decisión y la solemnidad, y esto no es un hecho banal.

Se podría decir que la autoridad en general tiene esos 2 integrantes, decisión y solemnidad. Normalmente nos fijamos en la decisión, tenemos el foco ahí como docentes: somos buenos docentes si somos capaces de tomar decisiones en el aula y que esas decisiones sean obedecidas. Todo lo medimos en función de eso: si nuestras decisiones como docentes en el aula son obedecidas. Pero si lo hacemos así es muy fácil que nuestra autoridad tome un sesgo autoritario de imposición de las decisiones y no de acatamiento de estas.

Debemos considerar los 2 aspectos de la autoridad, tanto las decisiones como la solemnidad.

Y… ¿cómo podemos cuidar la solemnidad? ¿cuál es la formalidad necesaria en la autoridad del aula? ¿qué formalidad debe tener un docente?

El aula tiene autoridad dirigida a una finalidad: el aprendizaje de los alumnos, su desarrollo personal y social, su inserción en la sociedad, como queramos decirlo, pero siempre es un trabajo en común. El docente debe garantizar la formalidad que posibilita ese trabajo en común. Primero hay unos límites, asistencia a clase, puntualidad, realización de tareas, participación adecuada a cada alumno, etc.

El docente debe primero asentar esos límites en su aula. Si se adquieren desde el primer momento, se asimilan y no producen demasiadas dificultades, pero como el docente no los asiente al principio, más adelante son muy difíciles de lograr. Luego hay unas formalidades de educación, respeto por los demás y por el trabajo, que están dirigidas a ese objetivo común. Además, el mismo docente debe cuidar esas formalidades que cuidan la solemnidad de la que hemos hablado, debe cuidar su presencia, cómo se presenta en el aula, dedicar un tipo a la propia forma de vestir y de hablar, es algo que cuida esa solemnidad necesaria. También está el propio buen hacer de su trabajo, ser puntual, tener los trabajos corregidos cuando se ha dicho, llevar el material que se ha prometido. Respetarse a si mismo y a su trabajo.

Resumo:

  1. límites del aula para el trabajo,
  2. educación que significa respeto por todos los demás que trabajan juntos
  3. y solemnidad de la presencia del docente y de su trabajo.

 

Esos 3 elementos son necesarios para la autoridad en el aula. Autoridad que significa aceptación de los objetivos comunes de trabajo y, por ello, de las normas comunes. Este es el primer objetivo del docente en el aula. Sin él no se consigue el avance de los alumnos y hay que preocuparse y ser profesional en cada uno de los 3 aspectos.

En resumen, decisión y solemnidad. Y mi mensaje es que cuides siempre esa solemnidad. Lo mismo que un filete de carne no se presenta solo en el plato, sino que se acompaña de patatas, cebollitas, guisantes, salsa… es decir no se presenta seco y solo, igual el conocimiento no se presenta seco y solo, necesita una formalidad, una solemnidad que acompaña y hace posible que un grupo entero se convierta en un equipo de trabajo, que avanza en el conocimiento, se interesa, se ilusiona.

La solemnidad es una función emocional, la persona humana necesita los signos de la autoridad para reconocerla y acatarla. Si no se respetan, el ambiente del aula/salón se degrada, pierde calidad y por ello fuerza de avance, de aprendizaje.

Es evidente que la solemnidad del aula se puede concretar de muchos modos diversos, modo que tienen que ver con la institución educativa y con el modo personal de ser del docente, con cómo eres como persona. Hay muchos modos, entre ellos tienes que encontrar el tuyo, el que se adapta a tus alumnos y respetarlo. Este respeto es parte de lo que tienes que ofrecer a los alumnos. Desde luego la formalidad de la foto de la serie que te pongo es claramente excesiva para el aula, sería incluso ridícula en un aula. Encontrar la adecuada a tu aula es tu tarea.

Como conclusión, en mi manera ver personal en el aula hay que combinar un sistema que una formalidad y cercanía. Esa es clave. El equilibrio entre ambas es necesario. Ni todo formalidad lo que mata la cercanía y aleja a los alumnos, ni todo cercanía, que parece eliminar el objetivo por el que existe el aula: el conocimiento.

Me queda la duda de si he sido muy abstracto en lo que expongo, pero espero que la idea de fondo te haya llegado clara y te ayude a mejorar tu comportamiento en el aula, la autoridad que hay en ella y mejore también, como en el Reino Unido, la participación e implicación de los alumnos en el sistema de aprendizaje y que participen en su elaboración.

Espero tus comentarios.