Finire in belleza!!, es cómo dicen los italianos terminar en positivo o de modo agradable, y su dicho expresa de forma maravillosa algo muy importante para los docentes y que olvidamos con frecuencia, comenzar y terminar las clases de forma positiva. Esta es una habilidad sencilla e importante de la Educación Emocional.

Es fundamental terminar bien cada clase, terminar en positivo, terminar de una forma bonita y agradable, de modo que el alumno se vaya con una impresión positiva. Si se acaba con una bronca o gritando para recordar los deberes porque ya ha sonado la música del final de la clase y los alumnos se han levantado, estos se van literalmente huyendo de lo sucedido en el aula. Si se les sonríe para que entren de forma agradable, funciona como un interruptor de las cosas que traen y se predisponen positivo.

Igualmente comenzar en positivo predispone favorablemente para lo que va a suceder en el aula.

Terminar de modo positivo y emocionalmente agradable es fundamental para que lo vivido se grabe de modo positivo por el sistema emocional, lo que va a contribuir a su aceptación y a generar una vinculación positiva. El sistema emocional vincula a las experiencias vividas de forma positiva o negativa, si el alumno sale enfadado o aburrido de la clase, el recuerdo va a ser negativo y la vinculación por tanto también. Lamentablemente el colegio ha descuidado demasiado tiempo que la vivencia del alumno en el colegio sea positiva.

La Educación Emocional nos dice que es más importante esa atención a la persona que la impartición de conocimientos. Dicho de otro modo, no solo es importante que el profesor domine su materia, es todavía más importante que sepa estar pendiente del proceso de aprendizaje de sus alumnos.

Un modo de lograr esa vivencia positiva es precisamente comenzar y terminar en positivo cada clase. Para ello es preciso que el docente esté pendiente del estado de ánimo de sus alumnos, de cada uno de ellos. En realidad, esto es así en la mayor parte de las situaciones, los profesores y maestros detectan el estado de ánimo de sus alumnos, saben si salen contentos o no de su aula. Lo necesario es un paso más: cuidarlo. Eso es parte de su competencia docente, una habilidad emocional necesaria para el día a día: el alumno debe entrar y salir en positivo de cada clase.


Lo importante es que al entrar y al irse se encuentren con una sonrisa tuya.


“Comenzar y terminar en positivo!!”, es una herramienta verdaderamente clave y sencilla a la vez. Quizá sea complicado todos los días encontrar un modo de que cada alumno comience y termine en positivo, entre y se vaya con un regusto agradable de la clase, quizá sea difícil de lograr todos los días, todas las clases y con todos los alumnos, pero es un muy buen hábito, que va a tener unos resultados mucho más positivos de lo que parece a simple vista por la sencillez de la herramienta.

No hace falta hacer cosas muy complicadas para “terminar en positivo”, puede bastar una sonrisa, o un recuerdo de algo agradable, o una broma sencilla o recoger a un alumno con una palabra por algo sucedido en la clase. Basta algo de creatividad y las ganas decididas de que se vayan con algo agradable. La entrada es todavía más sencilla: sonreír y hacerles sonreír.

Por tanto, la sugerencia es clara: si quieres aplicar la Educación Emocional en tu aula, termina en positivo cada clase. En realidad, comienza y termina en positivo, busca los modos, estate atento de modo natural a lo sucedido y busca formas de que tus alumnos se vayan al final al menos con una sonrisa tuya.