Verónica Prieto Montes. Pedagoga. Máster en intervención con dificultades de aprendizaje en ISEP. Colabora con AMACAE (asociación madrileña contra el acoso escolar) y desarrolla la implantación del programa de prevención de acoso escolar TEI en los centros educativos de la Comunidad de Madrid.

En el último año me he sensibilizado mucho con el tema del acoso escolar o bullying y haciendo una pequeña reflexión, considero que ha sido tanto por ser madre, como por ser educadora y conocer el programa TEI y evidentemente por la repercusión de los casos que en 2015 acabaron con la vida de 3 adolescentes españoles. Sea por lo que fuere me decidí hace cosa de más de un mes a reunirme con la asociación AMACAE (asociación madrileña contra el acoso escolar) de reciente creación en 2014 para ofrecerles una posible colaboración por mi parte de forma totalmente desinteresada. Esta asociación, se ha creado por unas mujeres que han vivido en primera persona las consecuencias del acoso escolar a través de sus hijos. Hoy en día, tienen la suerte de poder decir que sus hijos continúan estudiando y han dejado atrás esa pesadilla de la que es difícil escapar, puesto que en ocasiones las secuelas y los recuerdos permanecen de por vida.  Ellas se siguen  sorprendiendo como en tan solo un año, las situaciones de acoso escolar que les llegan, se han cuatriplicado en la Comunidad de Madrid a lo largo de 2015, sin contar la de casos que pasan totalmente desapercibidos y que no se denuncian. Me gustaría equivocarme, pero considero que esto es sólo la punta de un iceberg.

Los datos son los que son, en el informe del gobierno vasco de 2012, se percibe un aumento generalizado en todos los cursos de casi tres puntos desde 2005 que fue el año donde se realizó el primer informe sobre el acoso escolar en esta comunidad. Sin ánimo de ser alarmista, todo apunta a que la situación va en aumento aunque a día de hoy no existan informes de la situación de bullying en España, una vez finalizado el año 2015.

En AMACAE me cuentan la variedad de casos de bullying que llegan a sus manos, por lo general encuentran que las víctimas y sus familias no saben cómo actuar dentro de una sociedad que parece blindada contra este tipo de violencia escolar. Ellas explican qué y cómo deben hacer las familias ante tanta burocracia, procesos interminables y puertas cerradas (acosadores menores de 14 años, centros que no admiten tener situaciones de acoso escolar, casos cerrados por falta de pruebas, etc). Comentan, que parece haber más protección hacia los acosadores que hacia las propias víctimas y que al final las familias de estas últimas son tratadas como problemáticas porque denuncian la situación, no ayudando nada a la carga emocional y psicológica que de por sí lleva el niño/a agredido/a. Según AMACAE con respecto a los casos que les han llegado, en la Comunidad de Madrid 27 niños han tenido que cambiar de centro escolar este curso académico por motivos de salud y por su seguridad. Incluso el número de niños que están recibiendo atención psicológica es mayor. Esta situación es tremendamente injusta para la víctima, que se va con la percepción de que nadie ha podido hacer nada y una sensación de culpabilidad en sus espaldas. Además, no por cambiar de centro escolar, el acoso acaba. Al final la percepción de “vencedor” es para el acosador que sale apenas impune de esta situación de cara al resto de alumnos, con lo que seguimos propiciando este tipo de conductas. ¿Cómo puede ser que en algunos de estos casos, haya familias que son perseguidas por las familias de los alumnos acosadores? ¿Hasta donde estamos llegando? En algunos casos, han tenido que cambiar de residencia e incluso de provincia por estos motivos, huir como si fueran los culpables de una situación que no buscaban. Sin duda, esto no nos puede dejar impasibles… simplemente, NO SE DEBE PERMITIR.

En AMACAE se están encontrando casos de anorexia, bulimia, autolesiones, estrés postraumático y depresión, de hecho comentan que existen cada vez más casos de trastornos de la alimentación relacionados con el acoso escolar.

El problema con el que se encuentran en la mayoría de las situaciones, me comentan, es que los centros escolares no reconocen el acoso escolar como algo que existe en todos y cada uno de ellos, puesto que éste es fiel reflejo de la sociedad donde vivimos. No olvidemos que en estas situaciones de acoso escolar, impera una ley del silencio y en muchas ocasiones pasa desapercibido por adultos y por el propio centro. Si estas situaciones se admitieran de antemano como un mal que repercute en nuestros centros escolares, tal y como ha pasado en otros países como Finlandia, habría una barrera menos que saltar y todos los centros estarían en la misma situación de partida, pudiendo poner en práctica verdaderos programas de prevención del bullying subvencionados por el gobierno de la nación o las diferentes comunidades autónomas. En nuestro país la mayoría de los centros escolares tienen establecido un RRI (reglamento de régimen interior) pero con este elemento reactivo/ punitivo no se acaba la violencia, es necesario prevenir, implicar y responsabilizar a toda la comunidad educativa para que exista un cambio en la cultura y clima del centro.  Sin obviarse la reeducación de los acosadores con la colaboración e implicación de sus familias para poder llegar al fondo de la cuestión.

Para ser justa, quiero romper una lanza a favor de aquellos directores, tutores, orientadores de centros escolares, que preocupados por esta problemática, implantan programas y medidas de prevención reales, pero por desgracia son aún pocos.

Aún hoy en día existe una falta de sensibilidad en ciertos comentarios que se pueden palpar en la calle, tales como que los motes e insultos no pueden ser considerados acoso escolar porque eso ha existido siempre. A cada uno de ellos, les diría: ¿cómo te sentirías si cada día que pasa tuvieras que enfrentarte a la incertidumbre de no saber cuántas veces vas a ser insultado, empujado, excluido o ridiculizado delante de tus compañeros y sin que nadie salga a defenderte? precisamente nuestros hijos pasan en ocasiones más horas en el centro escolar que en sus casas, pero esto es otro tema, que también hay que tenerlo en consideración. Señores, pónganse de una vez, en la piel de un niño/a de 8 años que a diario sus propios compañeros de clase (según el informe del gobierno vasco la mayoría de los acosadores están dentro del propio aula, en torno al 45%) y sin provocación por parte de la víctima, se ríen burlándose de él o ella repetida e intencionadamente con la idea de hacerla daño y excluyéndola socialmente. Se trata de una situación de la que no puedes escapar si eres un niño y debes acudir a diario a esa tortura psicológica que va minando poco a poco a la persona.  A todo esto se puede añadir que se empieza con este tipo de agresión verbal y la intensidad y tonalidad puede ir aumentando pudiendo en ocasiones desencadenar acciones cada vez más violentas y graves como se está viendo últimamente.

Según sus fundadoras, AMACAE además pretende recaudar fondos para las víctimas que tras sufrir un síndrome de estrés postraumático por situaciones de acoso escolar, necesiten intervención con una de las terapias más conocidas como es la EMDR (técnica psicoterapéutica especialmente utilizada en el tratamiento de traumas psicológicos que no han sido debidamente asimilados y procesados por la persona que lo sufre). Si las familias no se lo pueden permitir económicamente, será la asociación quien financie estos gastos, esperemos que en un futuro no muy lejano, puesto que tal y como han vivido ellas, esta terapia resultó ser muy eficaz con sus hijos.

Por último destacar que resulta cuanto menos curioso, que en esta asociación, no haya acudido ni una sola familia de un niño/a acosador/a, ni por supuesto ningún agresor/a… abiertas tienen sus puertas igualmente porque necesariamente también necesitan de ayuda, estos niños aprenden a conseguir lo que quieren con amenazas, utilizando la violencia y sembrando el miedo ante los demás, flaco favor estamos haciendo a nuestra sociedad…

Destapemos por una vez el acoso escolar, nadie está exento de que a sus hijos no les pase, existe en todos los centros educativos, que nadie nos engañe, no es cuestión de crear una alarma social, es cuestión de ponerse manos a la obra y de hacer bien las cosas cuanto antes.

Por mi parte, sólo me queda pedirle al recién entrado 2016:

  • Ni una sola muerte más por acoso escolar.
  • Mayor concienciación y responsabilidades de la dimensión del problema en los centros escolares y las administraciones públicas.
  • Disminución del número de casos de acoso escolar.

Espero y deseo que así fuera.

Bibliografía y webgrafía.

Martín, Antonio. 2016. El acoso escolar se cuadruplicó en Madrid en 2015. Cadenaser.com. http://cadenaser.com/emisora/2016/01/06/radio_madrid/1452080010_307621.html (fecha de acceso: 7 de enero de 2016)

Informe ejecutivo 2012. 2012. El maltrato entre Iguales en educación primaria y secundaria. Bilbao: Isei. Ivei. Gobierno Vasco.